Se sabe que el niño comienza a comunicarse antes de saber hablar, lo hace de diferentes maneras como ser la mímica, sonrisas, voz, lloros, etc. Esta aptitud es importante en la medida en que prefigura la función social del lenguaje.
El medio elemental de la comunicación humana es el lenguaje oral, la voz y el habla, porque permiten al individuo expresarse y comprender pensamientos, ideas, conocimientos, sentimientos, etc. y para que el niño desarrolle el lenguaje necesita tener desde su nacimiento estructuras neuromotrices sensoriales y mentales normales y conservarlas a lo largo de su desarrollo.
El lenguaje hablado será el resultado de un proceso de imitación y maduración a través de la riqueza de los estímulos que existen en el ambiente del niño.
La mayoría de los niños que presenten problemas en el desarrollo del lenguaje tendrán más incidencias en relación a la dificultad de aprendizaje de la lectoescritura y esta será seis veces mayor que en aquellos niños que presenten un desarrollo lingüístico normal.
Para un niño que presenta un trastorno del lenguaje, sea cual sea, es de gran importancia que se pueda llevar a cabo una detección precoz y así poder evitar que se desarrollen las posibles consecuencias como el fracaso escolar, los problemas de autoestima o el aislamiento personal, etc
Es importante tener en cuenta que un gran predictor de las dificultades lectoras parece ser el estado del lenguaje oral en el momento en el que comienza el aprendizaje de la lectura ya que las habilidades fonéticas y fonológicas son fundamentales en la identificación de la palabra y la escritura condicionando las relaciones que los niños establecen entre los fonemas y los grafemas, por ello, los niños con problemas en el habla se encuentran con obstáculos para establecer estas relaciones.
La magnitud de las consecuencias de un retraso del desarrollo del lenguaje está ligada a:
- La naturaleza de dichas dificultades: Habla, lenguaje, comprensión, expresión, etc
- El origen de los problemas: auditivo, mental, disfunción cerebral, afectivo, etc
- Las características de la familia: Algunas actitudes inadecuadas frente a las dificultades de expresión del niño pueden fijar una patología (tartamudeo por ejemplo)
Normalmente los padres y los adultos cercanos son los que notan las dificultades de expresión más que las de comprensión del lenguaje: “No habla bien, no articula bien, no se entiende lo que dice…” y los motivos de consulta más frecuentes suelen ser los siguientes:
- Un niño que tarda en hablar
- Un niño que deja de hablar
- Un niño que habla mal
- Otros trastornos relacionados
Características para tener en cuenta en los niños prelectores
– Cuando nos encontramos ante dificultades en el desarrollo lingüístico estos niños deben ser considerados como un grupo de riesgo para el posterior aprendizaje de la lectoescritura.
– Las dificultades lingüísticas deberán evaluarse detalladamente para valorar el grado de riesgo, es decir, el grado de posible repercusión en el aprendizaje de la lectoescritura, siempre teniendo en cuenta que las dificultades puramente fonéticas no tienen trascendencia en el aprendizaje de la lectoescritura.
– Tener en cuenta que las habilidades lingüísticas y metalingüísticas deben ser suficientes para realizar el aprendizaje de la lectura.
– Es imprescindible proporcionar programas de intervención temprana a los niños que presenten dificultades lingüísticas, con el objetivo de prevenir o limitar las dificultades lectoras.
– La atención logopédica para estos niños deberá incluir procedimientos cuyos objetivos no sólo se dirijan a entrenar las habilidades lingüísticas no adquiridas de acuerdo con su edad cronológica, sino también aplicar estrategias cuyo fin sea preparar las bases para el aprendizaje de la lectoescritura, sin olvidar la importancia de las habilidades metalingüísticas mencionadas anteriormente.
– Debe ponerse énfasis en los primeros años escolares sobre todo en el entrenamiento de aspectos lingüísticos y metalingüísticos: entrenamiento en niveles fonológicos y semánticos, así como en aspectos metafonológicos, metamorfológicos y metasintácticos.
– Tener en cuenta el desarrollo lingüístico del niño y su evolución escolar, ya que puede suceder que en la actualidad el lenguaje sea suficientemente funcional y dar la falsa apariencia de no existir problemas lingüísticos; sin embargo, la existencia anterior de los mismos podría haber impedido el correcto aprendizaje de la lectoescritura.
Estos niños requieren apoyo por parte de los profesionales, ya sean profesores de educación infantil, de primaria o secundaria, psicólogos, orientadores y logopedas, es necesario que los colegios tengan los profesionales adecuados para el seguimiento de estos niños.
Por lo tanto es de vital importancia remarcar que la detección precoz de cualquier problema de lenguaje es fundamental, ya que estos pueden transcurrir de manera oscura y silenciosa en su inicio, pero luego se traducen, como mínimo, en dificultades escolares.
La identificación temprana de los trastornos de aprendizaje y lenguaje es esencial para iniciar un tratamiento a tiempo que posibilite una buena adaptación al medio escolar y no afecte el rendimiento académico y/o deje secuelas emocionales que puedan condicionar el pronóstico y la efectividad del tratamiento.
Es necesario también que los médicos como pediatras, otorrinolaringólogos, neurólogos, odontólogos, psicólogos, etc. hagan una interconsulta cuando lo consideren oportuno.
Los trastornos del aprendizaje y del lenguaje afectan a niños y adolescentes que manifiestan limitaciones específicas en diferentes áreas en relación a su rendimiento académico y al uso del lenguaje, y que no se corresponden con su capacidad intelectual. La identificación de estos problemas en edades preescolares es difícil y, por lo general, estos pacientes no se diagnostican hasta el tercer año de educación primaria con 8-9 años. Lo más frecuente es que las dificultades de lenguaje se detecten con suerte en el aula, no antes, y en función de la gravedad, sucederá en educación Infantil, o puede que en Primero o Segundo. ¿Por qué se llega hasta tan lejos?
En ocasiones debido a mitos como "es pequeño todavía”, “Ya hablará” o “Mejorará sólo, según vaya creciendo”. se deja pasar etapa valiosa para un abordaje terapéutico adecuado y a tiempo.
Se debe consultar a un logopeda cuando estamos en presencia de trastornos del lenguaje, trastornos del habla , de la voz, de la audición, alteraciones en la respiración y/o deglución.
Es muy importante atender a los problemas que puedan presentar los niños, porque suelen ser una de las causas de problemas de aprendizaje generales. El logopeda atiende casos de retrasos del lenguaje, de dificultad en la comprensión y elocución. Si los niños presentan dificultades para articular un sonido (fonema), es probable que lo transfiera al papel o lo interprete en el papel tal como lo escucha o lo dice, se pueden producir confusiones en la lectura, escritura, etc.
En el campo del habla, el logopeda puede ayudar a superar errores articulatorios. Es bastante frecuente que algunos niños, a pesar de tener un desarrollo del lenguaje adecuado, presenten problemas al momento de pronunciar un sonido.
El logopeda también atiende la tartamudez, fisuras en el sector oral, problemas para masticar, tragar, respirar, entre otros.
Una alteración del desarrollo del lenguaje inhabilita al niño o a la niña para realizar sus propios aprendizajes, ya que la mayoría de los aprendizajes escolares están basados en el lenguaje.
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Mariana Castro Buadas
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