Los bebés tienen varios reflejos una vez recién nacidos, y otros que se dan a medida que van creciendo, casi todos ellos, desparecen alrededor del primer año de vida.
Algunos de ellos, nos pueden indicar que hay un problema si no se presentan a tiempo.

En este caso los 3 primeros que nombramos nos indican un posible problema si no aparecen en los recién nacidos:
  • El reflejo de Babinski: al tocarle la parte externa de la planta del pie al bebé, éste extiende los dedos de los pies. Desaparece alrededor del año.
  • El reflejo de Darwin o reflejo prensor: Al acariciar la palma de la mano del bebé, éste empuña la mano y se agarra fuertemente. Desaparece a los 2-3 meses.
  • El reflejo de Moro: Es uno de los reflejos más importantes. Si ponemos al recién nacido de espaldas sobre una superficie y luego golpeamos ésta súbitamente, el bebé “se abre de brazos”, extiende los dedos y las piernas y luego acerca de nuevo brazos y manos hacia su línea media, como si tratase de abrazar a alguien. Este reflejo desaparece a los 6 meses.
  • Reflejo de búsqueda: Cuando acariciamos la boca o mejilla del bebé, éste vuelve la cabeza y abre la boca para buscar la dirección de dicha caricia. Este reflejo ayuda al bebé a buscar el pecho de la madre para alimentarse. Este reflejo desaparece alrededor de los 3-4 meses.
  • Reflejo de succión: Cuando se introduce algún elemento en la boca del bebé, como el pezón, el dedo o el biberón, el bebé comienza a succionar (mamar).
  • Reflejo del espadachín o tónico del cuello: se desencadena cuando se gira la cabeza del bebé hacia un lado, sosteniéndola durante 15 segundos y después se vuelve a colocar en la línea media. La respuesta del bebé consiste en extender el brazo y la pierna correspondiente al lado hacia el que se ha girado la cabeza, mientras que el otro lado permanece flexionado. Desaparece alrededor de los 6-7 meses de edad.
  • Reflejo de galant o incurvación del tronco: al colocar al bebé boca abajo sobre la mano y rozarle con un dedo los dos lados de la columna (desde el hombro hasta las nalgas). Primero hacia un lado y luego al otro. El bebé responde curvando la columna hacia el lado estimulado. Desaparece alrededor del año de vida.
  • Reflejo de Landau: se suspende al bebé boca abajo, con el estómago hacia abajo, el tronco se extiende, es decir, trata de levantar la cabeza y extender las piernas. Este reflejo aparece a los 4 meses y desaparece alrededor del año.
  • Reflejo extensor de la mano: Cuando se toca la parte lateral de la mano, por el lado del dedo meñique hasta la muñeca, el bebé va abriendo el puño desde el meñique hacia el pulgar.
  • Reflejo del paracaídas: cuando se coge al bebé por debajo de las axilas de espaldas a nosotros y se simula que se lanza al bebé a una superficie. El bebé ante esto reacciona estirando los brazos para protegerse de la caída.